Un nuevo partido flojo de Messi vuelve a ser maquillado por la prensa y la manía de “endiosar” al argentino. Su partido se resume rápido: andar casi los 90 minutos, perder balones por no soltarla antes y meter una falta, la cual nunca habría entrado de no ser por la “ayuda” de Alisson.
Si alguien no vio el partido del Barça contra el Liverpool y le cuentan que Messi marcó un doblete podría pensar que el argentino jugó un partidazo. Nada más lejos de la realidad. El primer gol fue de un rebote a puerta vacía después de que Suárez le diera al larguero, y el segundo una falta que aunque no está mal tirada, la barrera tendría que haberla sacado.
Reconstruyamos la secuencia entera de la acción: la falta se origina con un codazo de Messi al jugador rival, a priori todo el mundo pensó que el árbitro pitaría falta en ataque. Error. Falta para el Barcelona. La jugada continúa con Messi adelantando el balón 4 metros de donde se había cometido la supuesta infracción.
¿Pero el VAR revisaría la jugada después del gol para comprobar que la falta era de Messi no? Negativo. Ni el más mínimo gesto del árbitro de llevarse la mano al pinganillo, lo que solo termina de confirmar una cosa, que al “VARça” se le arbitra con un reglamento distinto al del resto de equipos.
Para colmo, el desenlace de la jugada es el del balón entrando en la portería «red» con la ayuda de Alisson, que colocó la barrera demasiado centrada, lo que hizo totalmente inefectivo el salto de la barrera. Si esta se hubiese ubicado un poco a la izquierda, el salto de los jugadores que la formaban habría repelido el balón y habría dejado la jugada en el olvido.