Al Real Madrid, más concretamente a Zinedine Zidane apenas ocho partidos después de su regreso, se le está agotando la paciencia con Gareth Bale. El galés, más allá de que no ha asumido el rol de líder ofensivo del equipo después de la salida de Cristiano, está más fuera que dentro del club blanco y lo demuestra con sus actos.
El preparador francés aprovechó su ‘rajada’ monumental después de la derrota ante el Rayo para lanzarle un claro mensaje: “No sé si Baleestá centrado, le tenéis que preguntar a él”. Razones para dudarle no le faltan. Sin ir más lejos, el galés no se subió al autobús del equipo a la salida del estadio de Vallecas para poner rumbo a la Ciudad Deportiva de Valdebebas, comenzando así los dos días que les concedió Zizou.
Bale, con permiso del club, se montó en un coche con un trabajador del Madrid y se marchó al aeropuerto para coger un avión y marcharse a Gales. Además, tampoco gustó nada durante la temporada, independientemente de que fuera Solari el que estaba en el banquillo, que se marchara del Bernabéu en dos ocasiones con el partido aún disputándose. Así, el Madrid y Zidane quieren buscarle una salida, pero no será nada fácil.
Su agente Jonathan Barnett ya ha dejado claro que quiere seguir en la disciplina blanca y el diario Marca ha dado una de las razones este miércoles. La familia de su mujer ha tenido graves problemas con la mafia de Gales, mientras que en la capital de España se encuentran más protegidos y cómodos y no piensan mudarse de nuevo al Reino Unido. El Madrid espera ofertas por él y tratará de buscarle esa salida.