El nuevo Real Madrid de Zinedine Zidane es un proyecto a medio y largo plazo. No hay ninguna duda, pero había muchas expectativas sobre que el preparador francés le cambiara de inmediato la cara a un equipo hundido después de quedarse fuera de la pelea por los títulos a comienzos de marzo. Lo ha conseguido al calor de su afición, pero lejos del Santiago Bernabéu los resultados no han podido ser peores.
El Madrid, desde el regreso del francés al banquillo, lo ha ganado todo como local –cinco victorias-, pero no ha conseguido estrenar el casillero de victoria como visitante –dos empates y dos derrotas-. Los números están ahí, no gañan y los blancos tienen la última oportunidad de aprobar esta asignatura pendiente este domingo en Anoeta.
‘Como en casa en ningún sitio’, dicen algunos. El refrán se cumple al 100% con este equipo blanco. El Madrid se ha impuesto al Celta (2-0), Huesca (3-2), Eibar (2-1), Athletic Club (3-0) y al Villarreal (3-2) en el Bernabéu y cerrará la temporada el próximo sábado ante el Betisy ante su gente. (El mensaje de Neymar en las redes: ¿es un adiós al PSG?)
Sin embargo, lejos de su ‘templo’, ha sucumbido ante equipos que sí se jugaban mucho por Europa o por el descenso y que demostraron más carácter que los blancos. El Madrid perdió ante el Valencia (2-1) en Mestalla y no pudo ganar tampoco ninguno de los tres derbis madrileños a domicilio: empates ante el Leganés (1-1), Getafe (0-0) y derrota ante un Rayo (1-0) que era colista y que está y descendido. Ahora Zidane y sus pupilos quieren acabar con su peor pesadilla ante la Real Sociedad porque es ahora o nunca.