El Real Madrid saltaba al césped del José Zorrilla con la noticia de sobra conocida del patinazo del Barça en Valencia y, por tanto, con la opción de ponerse líder en solitario de la Liga. Un caramelo de lo más apetitoso por lo que suponía a nivel de números y, de paso, por lo que podía reflejar a nivel psicológico en el eterno rival, muy tocado en las últimas semanas.
Un Madrid demasiado ‘relajado’
Lo que sí es cierto es que como ya ha pasado en otras ocasiones se echó de menos algo de ‘colmillo’ en el Real Madrid en el arranque. Tener la ocasión de ponerse líder invitaba a pensar en jugadores con sangre en los ojos, con piernas de correcaminos, con la vena marcada en el cuello de la emoción…sin embargo, la entrada al partido de los blancos fue parsimoniosa, tranquila, demasiado relajada.
Una entrada de roja que Bengoetxea dejó en amarilla
El primer momento solo tuvo dos momentos que se escaparon de la ‘rutina’ y ambos se agruparon en cuestión de un minuto. El primero, un patadón bestial de Joaquín Fernández, con las dos planchas por delante, sobre Rodrygo. Una roja como una casa que el árbitro, el nefasto, pésimo y antimadridista, De Burgos Bengoetxea, solo valoró con una simple amarilla. Los jugadores del Madrid no se podían creer la decisión del árbitro, malo y cagón a partes iguales.
Gol anulado a Casemiro por el VAR
Esa violenta acción dio paso a la segunda jugada que se salió del guión de los primeros 45 minutos, un gol de Casemiro…anulado por el VAR. Kroos lanzó magistralmente el balón al segundo palo y allí apareció el brasileño para cabecear el cuero a la red de la meta pucelana. Tras su doblete al Sevilla, ‘Case’ volvía a ver puerta y se convertía en ese ‘9’ de urgencia que Zidane necesita. Sin embargo, el VAR decidió anular la jugada por cuestión de centímetros, pues Casemiro estaba ligerísimamente adelantado. Fue lo único destacado de una primera mitad sosa, sin apenas peligro y con un árbitro malo a más no poder.
El Madrid no encontraba la fórmula
La segunda mitad cambió en parte el guión, básicamente porque el Madrid pasó a tener el dominio por completo de la situación. Ocasiones no había, más allá de un remate de Benzema que se marchó por muy poco, pero sí se empezaba a inclinar el campo hacia la portería del Valladolid. Zidane y los suyos no terminaban de dar con la tecla para desnudar a un Valladolid que firmaba el 0-0 con sangre.
Nacho, un cabezazo líder
Una de las especialidades de este Madrid, aunque no siempre le sale bien, es la de martillear a centros el área rival. En esta ocasión la ruleta de los envíos bombeados iba a salir cara. Y lo iba a hacer porque se juntaron dos actores obligatoriamente necesarios, un gran pasador y un magnífico remate. Kroos hizo el primer papel y Nacho el segundo. El centro del alemán al área del Valladolid lo cabeceó Nacho como si en él se hubieran conjuntado las dotes rematadoras de Santillana, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. El canterano del Madrid puso el balón junto al palo derecho de Masip, un golazo que Nacho celebró con abrazo a Zidane.
10 minutos y un susto para aguantar el primer puesto
El Madrid había hecho lo más difícil, lograr ese gol que tanto buscaba. Sin embargo, y a pesar de que apenas quedaban algo más de 10 minutos, el Valladolid merodeó más el área de Courtois en ese último tramo que en los casi 80 minutos anteriores. De hecho, Guardiola anotó un gol, claramente ilegal, con un remate en el segundo palo en fuera de juego. Fue el último susto para un Madrid que no fue brillante pero sí efectivo…y más líder que nadie en la Liga.
Ficha técnica
Valladolid 0: Masip, Antoñito, Olivas, Salisu, Raúl Carnero, Joaquín, San Emeterio, Michel (Villa 56’), Alcaraz, Ünal (Plano 75’) y Sergi Guardiola
Real Madrid 1: Courtois; Nacho, Ramos, Varane, Mendy; Kroos, Modric (Fede Valverde 87’), Casemiro; Isco (Lucas 73’), Benzema y Rodrygo (Jovic 92′)
Goles: 0-1 Nacho (78’)
Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó a Joaquín Fernández, Varane, Modric, Nacho
Estadio: José Zorrilla.