Entre las tantas máximas que tiene el fútbol, hay una que indica que los trofeos sólo los pueden agarrar, abrazar o tocar aquellos jugadores que ya lo ganaron. Y que si lo tocás, olvidate de salir campeón. ¿Qué pasó? En la previa de River-Flamengo, Gabigol desafío todos los límites. Y también rompió maleficios: acarició la Copa Libertadores en el ingreso y luego le dio vuelta el partido a River con un doblete para ser el héroe.
Fue en pleno ingreso de los dos equipos al campo de juego. Detrás de los ábitros, Pinola y Everton Ribeiro encabezaron a sus compañeros, en fila india, rodeando la Copa Libertadores. El delantero goleador fue el último del Fla. Y cuando pasó al lado del trofeo, se tentó y, con su brazo derecho, la tocó. ¿Cómo le fue en el partido? Rompió la final. Literal.
River estaba 1-0 y ganaba bien, ya casi acariciaba la quinta Libertadores. Pero no. Gabigol, ausente durante más de 80 minutos, apareció en el momento caliente, cuando a los demás las piernas no les respondían, y lo dio vuelta: el 1-1 a los 44′ del ST y el segundo al 47′. Tocó la Copa y la levantó.