Artur Días fue el gran protagonista del Real Madrid-Manchester City. El colegiado del encuentro firmó un escándalo arbitral a la altura de los de Obrevo o Aytekin. La permisividad del portugués lo cambió todo y favoreció a los citizens de forma descarada.
Empezando por las dos jugadas merecedoras de tarjeta roja. Primero la debió ver Bernardo Silva por una patada directa a la espinilla de Eduardo Camavinga que lo pudo lesionar de gravedad.
Más escandalosa fue la agresión, sin balón, de Jack Grealish sobre Dani Carvajal. Le propinó un puñetazo a la altura del estómago, sin pelota en juego, y debió ver la roja antes del descanso.
Stones y Rodri pudieron provocar un penalti en contra del City por dos sendas manos que ni revisó el VAR. Los futbolistas del Manchester City cometieron penalti por mano y se fue al limbo.
El balón salió
La tercera jugada de la discordia, para completar el escándalo de Guardiola en el Santiago Bernabéu, fue en el gol (el 1-1) que metió Kevin De Bruyne ante Courtois y que igualó la eliminatoria.
En la realización de Movistar dicha jugada se fue a la nada, al igual que los penaltis, pero desde beinSports de Inglaterra confirmaban que el balón de Bernardo Silva había salido. Fue el impulso que necesitó Guardiola para empatar contra el Real Madrid en el coliseo blanco.