El Barcelona consumó el más grave de los ridículos venciendo ante el Ibiza con suerte y sufriendo, un modesto equipo de Segunda B, que ha hecho la vida imposible al equipo de azulgrana. El RIDICULÉ de Setién y sus 1000 toques de balón es absoluto y pasará siempre a la historia como una de las mayores ‘cagadas’ del fútbol profesional.
El Ibiza le dio un meneo considerable al Barcelona en una primera parte en la que si el fútbol hubiera sido justo el resultado habría sido de 4-0 y no el mínimo 1-0 con el que el equipo de la isla se fue al descanso. Los locales generaron ocasiones de todos los colores. Además de gol, dispararon al palo, hicieron que Neto fuera el mejor del partido, les anularon un tanto por un mínimo empujón…mientras el Barcelona tenía la posesión más inútil de la historia.
El Barcelona no sabía ni por dónde le soplaba el viento y lo que era más revelador, no chutó a puerta en todo el primer tiempo, la mejor señal de que los culés tenían el balón, sí, pero de forma absurda y sin el más mínimo peligro. Por el contrario, el Ibiza parecía que volaba en avión, con jugadores que por momentos ridiculizaban al Barça. De Jong vio cómo le dejaban sentado en el área con un recorte que le retrató por completo. Al intermedio, el gol de Javi Pérez hacía justicia en lo que a la victoria local hacía referencia aunque no en el número de goles de distancia que debió haber entre unos y otros.
En la segunda parte, el Barça olió el balón en dos ocasiones, y estas dos acabaron en gol. Los de Setién se hicieron con la victoria por 1-2 (doblete de Griezmann) en un partido que mereció ganar el Ibiza. La era de Setién no funciona, y es que, realmente son los jugadores los que son culpables de este ridículé. El primer disparo a portería del cuadro azulgrana se produjo en el minuto 68, una auténtica vergüenza, y una injusta victoria. Como siempre.