Rafa Nadal alzó la sexta Ensaladera con España en la Caja Mágica de Madrid. Un jugador de leyenda, historia viva del deporte, historia viva del tenis. ¿Y por qué no? Historia viva del Real Madrid. Sus genes y su ADN llevan el escudo redondito de los madridistas.
Fue el gran héroe de España. No se cansó nunca de serlo. Puso el 2-0 ante Canada y refrendó su condición de mejor tenista del mundo. El número 1 de la ATP fue totalmente clave en el 6-3 y 7-6 (8-7) de la finalísima de la Copa Davis. Allí estuvo Sergio Ramos, de público, y se puso en pie ante Don Rafael, no es para menos…
Repitió su espectacular papelón mostrado ante Rusia. Estaba en la lona España, a las primeras de cambio, y Rafa apareció al rescate. Apareció ante Croacia, con grandeza, en el 3-0 y certificó la clasificación para los suyos en el segundo partido de la fase de grupos. Argentina tampoco tuvo opción ante Nadal tras una dura derrota de Pablo Carreño y sucumbió ante el Rey de Manacor en individual y en dobles. Lo mismo ocurrió con Gran Bretaña, a lo agónico, a lo puro Real Madrid, junto a Feliciano López y tras haber arrasado en su partido individual.
El primer punto de la final ante los canadienses lo puso Roberto Bautista. La tarde pintaba a ser española. No falló el de Castellón, se lo dedicó a su padre con enorme emoción tras haber fallecido hace dos días. Menos falló Rafa. Levantó a la Caja Mágica e impregnó ese espíritu increíble de autosuperación. A sus 33 años no hay quien le tosa. Rafa, eres enorme. ¡Enhorabuena, España!