Para el Barça el último partido del grupo C de la Copa América entre Chile y Uruguay tenía el atractivo del duelo entre Arturo Vidal y Luis Suárez. Para Sudamérica este partido, en el que se definía quien evitaba a Colombia en cuartos de final, era un choque caliente. De toma y daca.
Uruguayos y chilenos han convertido este encuentro en los últimos años en un combate de boxeo. Las redes sociales recordaban ayer el dedo de Gonzalo Jara en el trasero de Edinson Cavani, que acabó con el delantero del PSG expulsado.
Sin embargo, con los dos clasificados para los cuartos y solo definiendo quién pasaba como primero, tanto Reinaldo Rueda, técnico de Chile, como Óscar Tabárez, de Uruguay, mentalizaron bien a sus hombres para que no cayeran en el error de arriesgar una nueva amonestación o una lesión. Las molestias musculares de Vidal que, además, tenía una amarilla, llevaron a Rueda a conservar a “kingartur”, que en el descanso estuvo bromeando con su ex compañero del Juventus, el uruguayo Cáceres.
Uruguay, con todo
Tabárez, en cambio, no reservó nada. Salió a por el primer puesto con todo su potencial, especialmente en donde Uruguay tiene una cartuchera llena: Cavani y Suárez. El azulgrana desperdició una oportunidad de oro a los 21 minutos cuando se quedó solo contra el portero pero no supo definir.
Las webs de los diarios chilenos destacaron que en esa jugada, que el guardameta envió a córner, Suárez reclamó unas manos del portero.
Pero fue el delantero del PSG quien a ocho minutos del final del encuentro colocó un cabezazo inatajable que supuso el tanto de la victoria de Uruguay, y el premio de tener que enfrentarse en cuartos de final a Perú, goleado por Brasil en el último partido, y mandar a Chile a enfrentarse a Colombia, la única selección que sumó 9 puntos en los tres partidos disputados. Hacia 20 años que Uruguay no vencía a Chile. Seguro que Chile se quejará de porqué no jugó Arturo Vidal.