Uno de los motivos que aleja a LaLiga de ser la mejor del mundo es que los aficionados visitantes en algunos estadios como en Montjuic no puedan asistir al mismo con la camiseta de su equipo. Más grave es que las directivas del Barcelona a sus trabajadores sean que esas camisetas tienen que acabar en la basura.
Eso fue lo que le ocurrió a un hincha del Real Madrid que acudía pacíficamente a ver un nuevo Clásico. La sorpresa para él fue cuando una trabajadora del club que recibía órdenes le explicó que la camiseta tenía que acabar en la basura, o bien alejarse de la cola y cambiarla por otra.
Estos detalles hacen que LaLiga sea una más entre muchas, un campeonato que censura a parte de los aficionados que acuden a los estadios cada fin de semana. En definitiva, una vergüenza que hace sonrojar al fútbol español más allá de nuestras fronteras.
No es la primera vez que ocurre y ante la pasividad de LaLiga, parece que tampoco será la última. Lo más llamativo es que parece que este tipo de camisetas solo molestan a los directivos, pues el barcelonismo que presenció la escena no se mostró ni mucho menos hostil ante este aficionado.
El fanatismo está rompiendo la cohesión social que tiene que representar el fútbol y dos instituciones como el Real Madrid y el Barcelona. No se deben permitir imágenes de este tipo, a pesar de que luego LaLiga en sus anuncios publicitarios trate de mostrar a aficionados de otros clubes en feudo rival con la camiseta de su equipo. En Can Barça está mal visto.